Un buen día, en las afueras de Motril, se encontraron una tortuga y una liebre. La tortuga iba pasito a paso, movía una pata, después la otra, iba... a paso de tortuga. La liebre, por el contrario, iba saltando y corriendo como una loca.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información