¿Puede el amor sustentarse en la más feroz de las desigualdades? se pregunta uno de los personajes de este libro. ¿Es amor realmente lo que une a la bella con la bestia, a la idólatra con su ídolo, a la princesa con el truhán? ¿Puede de verdad una mujer ser amada y desdeñada al mismo tiempo y por el mismo hombre? ¿ 0 puede, en fin, seguir amándose Narciso cuando el espejo ya no le devuelve imágenes de confianza? Estos terribles interrogantes arrastran grandes cesiones y sacrificios, rendiciones y tinieblas, sobre todo para quien teme, al concebirlos, dejar de ser lo que cree que es; pero el amor, condicionado a estos temores, se retira, se desplaza, se desentiende, suplantado al fin por un personaje más siniestro, un misterio más mediocre, el de la dignidad y su pesadilla, la degradación. Completa el volumen, a modo de apéndice, una humorada a costa del género detectivesco, en la que una célebre criminalista descubre, en el último caso de su carrera, insospechados abismos de caos moral.
Después de la revelación que supuso Los aéreos, Luis Magrinyá ofrece en este libro a sus lectores sus mejores cualidades: malicia narrativa, sentido de la ironia y un riguroso entendimiento de lo que es un texto literario. Bajo esa lente implacable desfilan unas vidas que luchan por permanecer y por cambiar, en un doble movimiento vital que les lleva a moverse en los estrechos márgenes que delimitan la traición y la fidelidad. Monstruos de la razón y la razón de los monstruos. Una escritura que se teje con el hilo de Ariadna para crear el laberinto y su salida.
