En la segunda mitad del siglo XVI, un grupo de marinos, soldados y misioneros -muchos de ellos de origen vasco- parten de México al mando del Adelantado Miguel López de Legazpi, con el próposito de incorporar las Islas Filipinas a los dominios del rey Felipe II. Atravesarán así mares, selvas e islas, y tratarán de convertir la hostilidad de sus pobladores en una paz durardera. Estos hombres serán los protagonistas de una aventura sin parangón, en la que muchos acabarán seducidos por esas mismas tierras que pretendían conquistar.
En los primeros de Filipinas Pedro J. de la Peña convierte las crónicas en aventuras, la épica en lírica y un episodio histórico poco divulgado en una apasionante novela, que mereció el VIII Premio de Novela Ciudad de Salamanca.