Como el señor Pato iba siempre en su coche, nadie conocía cómo era. Todos se preguntaban si sería alto o bajo, grueso o delgado. Lo cierto fue que, al bajarse un día de su automóvil, demostró que tenía una atractiva figura.
Aquest lloc web utilitza cookies, tant pròpies com de tercers, per millorar la vostra experiència de navegació. Si continueu navegant, considerem que accepteu el seu ús.Més informació