Los noruegos aprecian de forma muy especial los paisajes de su patria: los frondosos valles del interior, las majestuosas montañas del norte y los fiordos y archipiélagos de la costa. Pero no hay que olvidar sus ciudades, y sobre todo su capital, Oslo, que se distingue del resto de las ciudades europeas no sólo por su tradición cultural, sino, sobre todo, por la belleza natural que la rodea. ¿Qué otra capital puede presumir de tener líneas de metro que acerquen al visitante a los bosques, lagos y senderos campestres? El mejor compañero de viaje es esta guía: 20 planos y mapas, recorridos, visitas, datos prácticos, hoteles, restaurantes, compras...
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